Cómo una estrella moribunda podría provocar el apocalipsis de la Tierra

Cómo una estrella moribunda podría provocar el apocalipsis de la Tierra
colisiones entre estrellas

Las colisiones entre estrellas de neutrones son eventos bastante raros. En nuestra galaxia, la Vía Láctea, con sus 100 mil millones de estrellas, los científicos estiman que solo existen alrededor de 10 binarios de estrellas de neutrones destinados a colisionar.

Hasta ahora, los científicos solo han detectado algunas explosiones de kilonovas resultantes de estas colisiones, y ninguna en nuestra galaxia. Pero, ¿qué consecuencias tendría una kilonova en la Vía Láctea para la vida en la Tierra?

Según una investigación liderada por la física Haille Perkins de la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign, si la explosión ocurriera a una cierta distancia de la Tierra, las consecuencias serían graves. Estos hallazgos resaltan lo peligroso que puede ser el espacio.

Los descubrimientos del equipo, publicados en el servidor de preimpresión arXiv, indican que el mayor peligro proviene de los rayos cósmicos. Si la Tierra estuviera en la trayectoria del chorro de rayos gamma de la kilonova, el radio de peligrosidad se incrementaría hasta 300 años luz, pero se debería estar exactamente en el lugar correcto.

Estos datos no solo nos ayudan a evaluar las amenazas para nuestra existencia, sino que también proporcionan a los científicos herramientas para determinar la probabilidad de que la vida sobreviva en los mundos alienígenas cercanos a estos eventos devastadores.

Las colisiones entre estrellas de neutrones, según las pocas observaciones realizadas, son complejas. Por lo general, producen una breve explosión de radiación gamma, seguida de potentes rayos X, conocidos como «post-pulso» en rayos X. Con el tiempo, una burbuja de rayos cósmicos se expande en el espacio desde el centro de la colisión.

Perkins y su equipo estudiaron cómo estos eventos podrían afectar a un planeta, tomando como referencia la primera colisión entre estrellas de neutrones jamás detectada, denominada GW170817. Descubrieron que los seres vivos dentro de una distancia de 297 años luz de la colisión probablemente serían destruidos por la intensa radiación gamma. Sin embargo, fuera de este radio, las cosas se tornan ligeramente más seguras.

Sin embargo, estos peligros durarían poco. Destruirían la capa de ozono estratosférico de la Tierra, que tardaría aproximadamente cuatro años en regenerarse. El equipo también descubrió que los rayos X son mucho más letales y duran mucho más que las emisiones gamma, aunque se debería estar relativamente cerca, dentro de unos 16 años luz.

Sin embargo, la mayor amenaza proviene de la burbuja de rayos cósmicos a largo plazo. Estos rayos, acelerados por los restos de la kilonova, agotarían el ozono, exponiendo la Tierra a radiaciones durante miles de años. Esto podría desencadenar una extinción masiva. Para que ocurra un evento de este tipo, la Tierra debería estar dentro de los 35 años luz de la fuente.

Pero, por ahora, parece que estamos lo suficientemente seguros de esta amenaza. De hecho, corremos un riesgo mayor debido a las enormes llamaradas solares producidas por nuestro propio Sol. Después de eso, deberíamos preocuparnos por los impactos de asteroides y las supernovas.