Osiris-Rex. Descubre el tesoro cósmico: muestras del espacio revelan los secretos de la vida

Osiris-Rex. Descubre el tesoro cósmico: muestras del espacio revelan los secretos de la vida
Osiris-rex

Muestras de un antiguo fósil del Sistema Solar, ricas en minerales de carbono, han llegado a la Tierra en una cápsula liberada por la sonda Osiris-Rex de la NASA. Estas muestras, las más grandes desde las misiones Apollo a la Luna, provienen del asteroide Bennu y son cruciales para entender el origen de nuestro sistema planetario y la vida. La NASA se refiere a esta cápsula como una «cápsula del tiempo» debido a la antigüedad de las muestras. Brian May, guitarrista de Queen y astrofísico, la elogió como una «verdadera estrella». El administrador principal de la NASA, Bill Nelson, destacó que esta misión demuestra que no hay límites para lo que podemos lograr y que inspira y une a todos.

Osiris-Rex: la misión

Lanzada el 8 de septiembre de 2016 desde Cabo Cañaveral, la sonda Osiris-Rex utilizó en su largo viaje una brújula especial: el sensor de actitud estelar fabricado en Italia por Leonardo. Entró en órbita alrededor de Bennu en agosto de 2018 y durante dos años recopiló datos y medidas de la superficie del asteroide. El 20 de octubre de 2020, la sonda descendió al asteroide y recogió muestras del suelo, almacenándolas en la cápsula. El viaje de regreso comenzó en 2021 y después de más de dos años, a una distancia de 101,000 kilómetros de la Tierra, la sonda Osiris-Rex liberó la cápsula para que continuara su viaje sola hacia el desierto de Utah, donde se encuentra la base Uttr (Utah Test and Training Range) del Departamento de Defensa de los Estados Unidos.

Aterrizaje suave

La cápsula ingresó a la atmósfera a una velocidad de más de 43,000 kilómetros por hora y resistió la alta temperatura gracias a su carcasa diseñada para situaciones extremas. Luego de aproximadamente dos minutos, se abrió el primer paracaídas, reduciendo la velocidad, y al abrirse el paracaídas principal, la cápsula aterrizó suavemente a una velocidad de poco más de 17 kilómetros por hora. Los ingenieros de Lockheed Martin, quienes construyeron la cápsula, verificaron su estado minutos después del aterrizaje, utilizando máscaras de protección para realizar las primeras inspecciones de seguridad.

Los análisis

Ahora comienza otra fase delicada de esta misión: la recuperación de las muestras, que debe llevarse a cabo en una cámara limpia para evitar contaminaciones que podrían alterar el resultado de una misión de mil millones de dólares.

La apertura de la cápsula, programada no antes del 26 de septiembre, deberá esperar a que se completen todos los controles de seguridad, y solo entonces la cápsula será transportada en avión a Houston, en el Johnson Space Center de la NASA.

Desde aquí, las muestras se enviarán a varios centros de investigación de todo el mundo. El 70% de las muestras permanecerá en la NASA, en el Laboratorio de Propulsión a Chorro, el 25% será compartido por 200 investigadores de 35 centros, el 4% será donado a la Agencia Espacial Canadiense (CSA) y el 0.5% a la japonesa JAXA. En cuanto a la sonda Osiris-Rex, ya está en camino hacia una nueva misión llamada Osiris-Apex, que se dirige al asteroide Apophis y se espera que llegue en 2029.